Flipped Classroom: la metodología que llegó para quedarse

Invertir el aula, reorganizarla, priorizar lo importante y ser capaces de sacar el mejor partido a los recursos de las herramientas tecnológicas. Esto que parece una frase muy ajustada a la realidad actual del COVID es, sin embargo, un primer esbozo de una metodología educativa que se conoce académicamente en nuestro idioma como Aula Invertida. En este artículo los invitamos a conocer a qué nos referimos cuando hablamos de Flipped Classroom e intentaremos animarlos acerca de su potencial, mediante argumentos sólidos y vasta justificación teórica y práctica en palabras de nuestros especialistas.

El Aula Invertida (Flipped Classroom, en inglés) es un método de enseñanza donde las actividades que los alumnos comúnmente realizaban fuera de clase se incorporan al trabajo dentro del aula, y las actividades que se realizaban dentro de la misma pasan a realizarse fuera de ella. Se invierten los tiempos y los lugares de enseñanza con un rol protagónico por parte de los alumnos, ya que estos aprenden por su cuenta mediante diversos recursos, siendo la tecnología una gran herramienta para la enseñanza.

Este modelo cambia los tiempos y permite que los estudiantes tengan actividades más desafiantes, dándole a los conocimientos y al feedback del docente un rol imprescindible y enriquecedor, favoreciendo al alumnado al asumir más responsabilidad en su propio proceso de aprendizaje y una mayor participación en las clases presenciales.

Cuando se visita un lugar ya conocido, es un acto reflejo interno el recordar el paisaje previo, nuestra primera o última impresión de nuestra visita anterior, y naturalmente relacionamos lo actual con nuestro recuerdo en la mirada que le ponemos a los cambios o a la permanencia del sitio. Todo puede estar igual y sin embargo todo es distinto. Es más claro cuando hablamos de un cauce de agua; a pesar de que a simple vista todo se mantenga igual, nunca el agua que corre es la misma.

“El sujeto es un organismo en desarrollo no solo en sentido físico o biológico, sino en un sentido cognitivo.”

Jean Piaget (1970)

¿Qué pasa entonces con nuestras aulas? Sabemos que el cambio es permanente y que el movimiento es constante, por ende, el desafío diario de un docente es adecuarse a los mismos y acompañar los cambios sin perder su identidad. El cambio es el camino. Pensemos en términos históricos, cómo se ha producido el mismo en los soportes de la información que nos acercan al conocimiento en los últimos tiempos. La imprenta de Gutenberg y su inmensa revolución, acercó y universalizó la información a través de los libros de una forma extraordinaria a lo largo de los años. Pero ahora somos testigos de la revolución que implica Internet y somos partícipes de este proceso. Este mismo tiempo histórico es el que nos indica que nunca antes hubo tanta información disponible, además de una nueva reflexión que surge sobre la proliferación de falsedades y bulos.

Acompasemos nuestro tiempo como docentes, potenciando las responsabilidades de nuestro alumnado y dándole un rol protagónico que atienda todos los casos, con motivaciones y ejercicios acordes a los distintos niveles atendidos. Esta es una de las premisas de The Flipped Classroom: cómo convertir la escuela en un espacio de aprendizaje el e-book perteneciente a la serie #InnovacionEdu de Editorial Océano sobre educación n°1 en Amazon, también disponible en Google Play.

Si algo hemos observado con la pandemia del COVID, es que a lo largo y ancho del mundo las clases presenciales han sido sino sustituidas o reducidas a su mínima expresión. Este modelo de aprendizaje relativamente nuevo y que le da un rol protagónico al docente, nos acerca miles de herramientas y metodologías, que habiendo sido experimentadas buscan despertar la motivación del alumno para trabajar con los materiales facilitados por el docente, para que se involucre aún más intensamente en su propia construcción del aprendizaje.

Una institución que personalice el aprendizaje dándole su valor individual a cada alumno, necesita de docentes conscientes del proceso, capaces de renovar sus técnicas didácticas para adecuarlas acordemente y de adaptarse a las necesidades de cada estudiante. Por este camino es que los invitamos a explorar la llamada “Aula Invertida”, sin dejar de ser un camino sencillo y complejo a la vez.